10 situaciones que has vivido siendo dependienta
Para ser una dependienta 10 te tiene que gustar trata con el público, saber idiomas, sobre todo en una tienda de lujo o en unos grandes almacenes. Es un trabajo en el que se viven muchas y diferentes experiencias. Algunas embarazosas, otras muy divertidas y algunas que casi te conviertes en amiga del cliente.
1. Equivocarte con el precio
Por un error entre la etiqueta y la caja por una falta de actualización en el sistema que gestiona los precios. Esto es muy habitual en rebajas. Lo mejor pedir disculpas al cliente y cobrarle lo que marca la etiqueta. El cliente no puede pagar por los errores de la tienda. Explícaselo y discúlpate.
2. Problema con el idioma
Estar atendiendo a una persona en inglés, que tampoco es inglesa y cuyo nivel de inglés es muy bajo. Lo mejor en esas situaciones es tirar de papel y lápiz si no entiende el precio o el descuento a aplicar o traerle el/los productos que podrían encajar con la descripción que nos está dando: preguntar por el color, el tamaño, el material. Acompañarle al sitio de la tienda donde lo ha encontrado para asegurarnos. Tendrá la sensación de que le dedicas tiempo y pones de tu parte para que se siente cómodo ¡Se llama hospitalidad!
3. Problemas en el probador
Entrar o descorrer una cortina sin darte cuenta de que un cliente estaba dentro. ¡Upps! Es una situación embarazosa. Lo mejor disculparse y no volver a mencionar el incidente, ni siquiera con tus compañeros.
4. Un cliente que intenta ligar
A mí me ha pasado hasta en un museo. Un cliente al que le has gustado y empieza a hacerte preguntas personales y a ir con mucha frecuencia a la tienda y decirte si quieres tomarte un café. Lo mejor en este caso es decirle que no estás autorizada a mantener conversaciones privadas durante tus horas de trabajo y que su actitud podría estar poniendo en peligro tu puesto de trabajo.
5. Se te rompe el uniforme
Se te cae un botón, se rompe la falda o pantalón porque has hecho un movimiento brusco. En este caso ¡mujer prevenida vale por dos!, en la tienda debería haber un pequeño costurero para estos imprevistos o tener, al menos, una camisa de repuesto entre todas las compañeras para poderla usar en caso de necesidad.
En el caso del calzado -se rompe un tacón o se despega la suela- es más complicado, la única solución salir a por una bailarinas a cualquier tienda de la zona durante la hora del almuerzo.
6. Error en la caja
Al terminar el día y cerrar la caja hay un descuadre y eres la responsable. ¡Houston tenemos un problema! Si es poca cantidad un par de euros lo mejor es ponerlo de tu sueldo, ha podido ser un error en una moneda en el cambio o algo parecido, o que se ha marcado mal algún precio. Las cajas automatizadas son la mejor solución para esas situaciones. Si estamos hablando de grandes cantidades podría haber algún compañero cometiendo algún delito. Lo mejor informar al superior, ser muy cuidadoso y ponerlo en manos de la policía si fuera el caso.
7. No comes en todo el día
Hay tanto trabajo que no te da tiempo ni a salir. Procura que no suceda, al día siguiente estarás agotada. Para aunque solo sea media hora para que puedas tomarte un café y un sándwich o cualquier tipo de tentempié.
8. Problemas con un cliente
El típico cliente que protesta por todo, por tener que hacer cola, porque no le has doblado la prenda como quería, porque no le has envuelto el paquete como esperaba. No hay otra opción que mantener la calma y pedirle disculpas.
9. Te has equivocado con el cambio
Es una de las peores situaciones. Arreglarlo y pedir disculpas y estar más atenta la próxima vez.
10. Has estado atendiendo a un cliente más de media hora y no compra nada
También están esos clientes que miran, se prueban, dudan, llaman por teléfono y después de más de media hora dándoles opciones, soluciones, propuestas no se lleva nada. Tu mejor estrategia ser más convincente la próxima vez, hacerle ver los beneficios del precio, del tiempo que va a ahorrar porque ya habrá terminado con la compra, de que luego puede quedarse sin el producto, tu simpatía y convencerle sin presionar tus mejores armas.
Si te has visto en alguna de estas situaciones esperamos que la próxima vez tengas más recurso paras salir de ellas airosamente ¡Suerte!
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