Ya sabéis eso de que ‘dos cabezas piensan más que una’, y esa es la clave muchas veces para que el trabajo salga bien y por tanto sea rentable. Si las piezas de un reloj funcionan todas bien, el reloj funcionará bien. En el trabajo pasa lo mismo. Echa un vistazo a estos consejos porque pueden que te ayuden para mejorar el rendimiento con tus compañeros.
Parece lo más obvio y es lo más importante. Si trabajas con más gente, hay que escuchar y saber escuchar. Porque escuchar no es lo mismo que oír. Escuchar es ‘procesar’ lo que oímos, valorarlo y tenerlo en cuenta. Y si eres el jefe de ese equipo, escuchar es aún más importante si cabe. Escuchando se encuentran soluciones, se identifican incidencias, se analiza, se aporta. Es, en definitiva, fundamental.
Una consecuencia de lo anterior aunque no es lo mismo. Escuchar es una parte del proceso de la comunicación. La otra es la emisión de información, y eso hay que fomentarlo. No nos podemos guardar información, hay que compartirla para que cada uno sepa y pueda hacer bien su trabajo. Imaginad que en un restaurante, el camarero no transmite en cocina lo que le han pedido. Será imposible que el trabajo salga bien. Por tanto habrá que favorecer los canales de comunicación, fomentarlos, y por ejemplo tener siempre teléfonos abiertos, correos a punto y sobre todo, disponibilidad.
Es muy difícil que un grupo (y más si es grande) tome una decisión por unanimidad. Si no es así, hay que llegar al máximo consenso posible y eso requiere tiempo, diplomacia… y las otras dos claves que os hemos dado. Hay que intentar que sea una decisión del grupo, no de unos pocos o, lo que sería peor, de uno solo.
Para llegar a un destino común, todo el mundo tiene que remar en la misma dirección. Pero si uno tiene un rumbo, otro tiene otro, y un tercero se va hacia otro sitio, pues al final cada uno acabará llegando a un lugar diferente. Y lo importante es llegar al mismo destino, aunque otra cosa será poder llegar a través de caminos diferentes. Por cierto, para establecer ese objetivo común hace falta tomar una decisión en grupo, con los dos ingredientes mágicos: escuchar y comunicar.
Toma el ejemplo de una nación. Sus miembros sienten que forman parte de ella por una serie de factores comunes. Vamos a trasladar eso a pequeña escala, a un grupo de trabajo. Y es que las personas necesitamos sentirnos parte de algo y para crear un equipo fuerte es obligatorio desarrollar de una identidad común. Hay que definir qué identifica a tus equipos, fijar valores y hacer que cada miembro sea consciente de su impacto en el equipo.
Volvamos al ejemplo del reloj. Cada pieza del reloj tiene que funcionar correctamente y eso pasa por hacer bien su trabajo, su cometido, pero sabiendo cuál es su cometido. Un equipo en el que sus miembros no saben lo que tienen que hacer, es un equipo abocado a los problemas.
En todo equipo debe haber un líder, un jefe o responsable, llamémosle como queramos. Ese responsable está para asumir o tomar decisiones (comunes, siempre) pero debe formar parte de la maquinaria. El buen líder trabaja, no está para mirar y dar órdenes desde su atalaya. Tiene que bajar al barro.
Habrá ocasiones en que dentro de tu equipo habrá compañeros que no te agraden. No te preocupes, es algo habitual, no podemos caernos todos bien entre todos. Debes ser capaz de aparcar tus juicios y sentimientos a un lado para poder trabajar en equipo, hay cosas que nunca podrás cambiar, pero sí puedes cambiar tu forma de relacionarte con esas personas. El objetivo es encontrar el modo de llegar a acuerdos para lograr cumplir los objetivos comunes.
Esto está muy relacionado con el liderazgo porque el ego del responsable del grupo debe dejarse a un lado porque eso crearía mal ambiente. En un equipo, todas las piezas son importantes porque la ausencia de una implicaría que el resultado no sería el mismo, sería peor. El trabajo es de todas las personas, aunque trabajen en distintas áreas y no dediquen el mismo tiempo en su cometido. En este caso es muy importante la forma de hablar. El objetivo es que los integrantes del equipo en lugar de decir ‘mi equipo’ digan ‘nuestro equipo’. Es un matiz, pero importante.
Como todo, algo en este proceso podría salir mal y por eso tendríamos que tener preparado un ‘plan b’. Es frecuente que cuando surgen problemas inesperados, el equipo se resienta. Para ello tenemos que tener preparado ese ‘plan b’ que permitirá que a pesar de los obstáculos que vayan surgiendo, el equipo se mantendrá compacto, enfocado y motivado.
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mas omenos pero no me gusta suscribirme sorry :(
MALA IDEA
:p
Hay much@s hij@s de puta suelt@s, dispuestos a hacerte la cama con tal de ascender y con tal de conseguir tus objetivos son capaces de pasarle por encima a cualquiera y hacer cualquier cosa.
La verdad es muy ilógico todas esas pregunta pero no me parece .