Cada vez que empieza un día o una semana tenemos por delante unas tareas que debemos (o queremos) cumplir, tanto si estamos trabajando como si nos encontramos en situación de desempleo y estamos buscando trabajo. Pero, muchas veces, cuando acaba el día o la semana tenemos una sensación y una realidad que se suelen repetir.
La ansiedad es enemiga de la productividad… y de la salud (iStock)
La sensación es que no nos ha cundido la jornada como queríamos; y la realidad, que tenemos más cosas pendientes de hacer de las que nos gustaría. Para que esa sensación y esa realidad se repitan lo menos posible, te recomendamos que, en la medida de lo posible, apliques estos consejos sobre cómo tener una semana productiva.
A veces la razón por la que no tenemos un día o una semana tan productivos como queremos es tan sencilla como haber hecho una mala planificación… o, directamente, no haberla hecho. Es preferible dedicar unos minutos a planificar el día o la semana de trabajo o de búsqueda de empleo y hacerlo de forma realista, sin querer abarcar más de lo que podemos y sin contar con el tiempo que tendremos que dedicar a otras tareas que nos puedan surgir.
Piensa en las veces que dejas de hacer la tarea que estés haciendo para leer el correo electrónico que te acaba de llegar o para mirar tu teléfono móvil y leer el whatsapp que te han escrito. A ese tiempo súmale el tiempo que dedicas a responder al instante cada mensaje o cada correo electrónico. Y, para completar la suma, añade el tiempo que tardas en volver a concentrarte en tu actividad después de cada interrupción. En realidad, no hace falta que sumas todo ese tiempo. Basta con ser consciente de que lo mejor para ser productivos es dedicar un momento, por ejemplo al principio y al final de la mañana y de la tarde (mejor aún, si es posible, si sólo es al principio y al final de tu jornada), a leer y contestar los correos y whatsapps más importantes.
En este otro artículo del blog de Oficina Empleo puedes encontrar más información sobre el mindfulness y sus beneficios; y en este otro te hablamos sobre la técnica pomodoro. Te recomendamos que eches un vistazo a los dos para mejorar tu capacidad de concentración y, de paso, mejorar tu productividad.
En muchos (muchísimos) trabajos se valora más la cantidad y la rapidez que la calidad del trabajo. Aunque eso no sea algo justo, es la realidad y es importante tenerla en cuenta en nuestro día a día. No se trata de hacer las cosas mal, ni mucho menos, sino de rebajar el grado de perfeccionismo que tal vez tenemos para poder hacer más cosas que, sin ser perfectas, estén bien hechas.
Uno de los grandes enemigos de la productividad -y, lo que es mucho más importante, de nuestra salud- es la ansiedad. Querer hacer más cosas de las que realmente podemos hacer genera estrés y ansiedad y, de forma secundaria, suele provocar que terminemos haciendo menos cosas (y tal vez de peor forma) de las que podemos. Sólo el hecho de preguntarte cómo tener una semana productiva puede ser una señal de ansiedad. Para rebajarla, no tengas reparo en parar cada cierto tiempo en tu actividad, respirar profundo, descansar unos minutos y retomar tu trabajo con más energía física y mental. Hacer una pausa en tu trabajo no es tiempo perdido. Es tiempo ganado.
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