Consejos para ser el rey de las bromas en el trabajo

Todos sabemos que es muy importante el buen humor en el ámbito laboral para hacer más llevaderas las jornadas de trabajo y las relaciones (no siempre fáciles) con los compañeros. Últimamente hemos visto a través de internet vídeos virales de bromas gastadas precisamente entre compañeros de trabajo. ¿Eres de los que le gusta gastar bromas? ¿En tu trabajo hay alguien que suela hacerlo? Para que una broma no se convierta en motivo de discusión, vamos a tratar de darte algunos consejos para acertar y que finalmente siempre reine eso, el buen humor.

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1. Saber a quién gastarlas.

Tú conoces perfectamente a tus compañeros de trabajo así que si quieres gastar una broma, has de hacérselo a alguien con el que tengas buena relación, sepas que tiene sentido del humor y que se lo va a tomar bien. La prioridad es que la broma no afecte a la relación personal con el ‘sujeto pasivo’ de la misma porque si es así, habrá un foco de ‘mal rollo’ en el trabajo que puede llegar a afectar mucho al buen ambiente de la empresa. Así que ya sabes, elige bien a la ‘víctima’ de tus bromas.

2. Que la broma no afecte al trabajo.

Cuando elijas la broma que quieres hacer, cuida de que no afecte al proceso productivo, es decir, que por culpa de la broma haya retrasos por ejemplo, o afecte al producto final, o a la relación con un cliente o similar. El trabajo es sagrado, acuérdate.

3. Ser comedido.

Elige la broma muy bien, que no sea pesada y que sea graciosa. Hay que hacerla en su justa medida, es decir, te recomendamos que seas comedido para no correr el riesgo de que la broma fracase. No hay que cebarse en la broma, es decir, hay que saber cuando cortarla. Ya sabéis que la virtud está en el término medio.

4. Saber aceptarlas también.

Una de las grandes claves del buen bromista es saber aguantar las bromas también. Has de saber que si las haces, posiblemente alguna vez seas tú objeto de una, por lo que (si obviamente es una broma apropiada) deberás aceptarla de buen grado. Es importante que sepas reírte de ti mismo y de mostrar al resto que lo haces con mucho talante. Fomentarás sin duda el ‘buen rollo’ en el trabajo.

5. Saber pedir perdón.

Pero si todos los consejos que te hemos dado no funcionan y resulta que la broma ha salido mal, hay que saber pedir perdón a la ‘víctima’. No hay que ser orgulloso con ello, es decir, hay que asumir que no ha salido bien y reconocerlo. Será un gesto de nobleza de cara a tus compañeros. Además, servirá para que para futuras ocasiones puedas corregir los errores que han provocado que la broma fracasara.

6. No tiene por qué ser viral.

Cuando hablamos de bromas en el trabajo, no nos referimos a bromas elaboradas como los vídeos virales a los que nos hemos referido anteriormente, bromas muy elaboradas que incluyen disfraces o una gran parafernalia. Puede ser cualquier detalle… una nota en la mesa, un meme, un montaje fotográfico, un chiste, un juego de palabras, cualquier anécdota… Así que, bromista, tienes un amplio abanico de alternativas a las que acudir.

https://www.youtube.com/watch?v=pFbqtDqQfZQ

7. Y lo más difícil es…

Ser original. Efectivamente. Dejamos para el final el consejo más difícil de seguir, el de la originalidad. La clave del éxito de una buena broma es que sea fresca y original, que no caiga en lo soez y en lo ordinario. Ya sabemos que es difícil, obviamente. Por eso otra de nuestras recomendaciones es que no te obceques con ello. O lo que es lo mismo, a veces las mejores ocurrencias llegan de manera espontánea. Puedes llegar a estar pensando en una broma durante horas que a lo mejor no sale nada bueno pero cuando estás pensando en otra cosa, sin esperarlo, llega la inspiración.

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