Vengarte del jefe tras un pésimo día en la oficina

Sí, reconozcámoslo. Existen días que llegamos al trabajo y nos sentimos perezosos. De hecho, la mosca que perseguimos con la mirada y que nos tiene tan distraídos está bastante más activa que nosotros. No obstante, no es menos cierto, que en muchas ocasiones intentas concentrarte en tus tareas y tus compañeros o tu jefe te lo impiden. Tu paciencia se va agotando hasta que estallas. Y, en ese momento, ¿qué ocurre?

¿Entienden tu reacción o acabas siendo el que paga los platos rotos? Un día malo lo tiene cualquiera aunque para el protagonista del vídeo lo peor está por llegar. Claro que, la venganza se sirve en plato frío…

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