Lo ideal sería tener cada día una jornada intensiva y no sólo los viernes o en verano -quienes tienen esa suerte, claro-. Así disfrutaríamos de más horas libres, estaríamos más descansados y seríamos más productivos en el trabajo, por lo que saldrían ganando tanto las empresas como los empleados. Pero hasta que se produzca ese cambio de mentalidad, lo único que está en nuestras manos es aprovechar al máximo el tiempo de la comida.
No se trata de comer poco, rápido y mal, como tantas veces hacemos, sino de rentabilizar el tiempo que tenemos. Podemos comer perfectamente en unos 30 minutos de forma sana y aprovechar el tiempo que nos queda (otros 30 minutos si tenemos una hora para comer y 1 hora y media si son dos horas) para hacer cosas como estas.
1. Pasear
Si hemos comido en la oficina o en nuestro centro de trabajo, salir después a caminar es un hábito sano para nuestro cuerpo y para nuestra mente, que estará más despejada para afrontar lo que nos queda de jornada laboral.
2. Ir al gimnasio
También podemos aprovechar el tiempo que tenemos para la comida para ir al gimnasio o a la piscina. Eso sí, mejor antes de comer.
3. Ir de compras y hacer recados pendientes
No siempre podemos hacer las gestiones que queremos en la hora de la comida porque no todos los lugares están abiertos y porque no siempre tenemos tiempo suficiente para desplazarnos, hacer la gestión y volver. Pero, siempre que sea posible, la hora de la comida puede ser un buen momento para resolver cuestiones pendientes… o para ir de tiendas.
4. Devolver llamadas y mensajes
Es preferible hacer las llamadas telefónicas y escribir los correos o mensajes personales que tenemos pendientes fuera de nuestro horario laboral. Si es a mediodía, mejor porque así tendremos más tiempo libre por la tarde-noche para hacer otras cosas.
5. Utilizar las redes sociales
La hora de la comida es también un buen momento para meternos en redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram sin que nadie nos pueda decir nada por meternos en las redes sociales en nuestro horario de trabajo.
6. Navegar por internet
El tiempo que nos sobra después de comer en el trabajo también lo podemos aprovechar para navegar por internet para informarnos, buscar viajes o entradas para algún espectáculo o, simplemente, para entretenernos hasta que llegue la hora de continuar nuestra jornada.
7. Quedar con amigos para comer
Si dispones de tiempo (y dinero) suficiente, puedes aprovechar la hora de la comida en el trabajo para quedar a comer con ese amigo o amiga al que hace tiempo que no ves.
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