Tener jornada intensiva en el trabajo implica varias cosas buenas. La primera y más importante, que tenemos un empleo. La segunda, salvo algunos afortunados que tienen jornada intensiva durante todo el año, que estamos en verano y las vacaciones están cerca; y la tercera, que tenemos más tiempo libre. Eso sí, siempre que sepamos aprovechar la jornada intensiva…
Lo cierto es que hay varias maneras de lograr el objetivo de aprovechar la jornada intensiva. Tantas, más o menos, como de desaprovecharla. Por eso es importante que tengas en cuenta estos factores para que las tardes después de terminar tu jornada intensiva sean lo más provechosas posible:
La primera clave para aprovechar la jornada intensiva, tanto en verano como los viernes por la tarde durante todo el año para quienes tienen esa opción, es haber descansado bien. Ya que tendremos que madrugar más de lo normal, lo mejor es irse a la cama también antes de lo habitual para dormir las horas que necesitamos.
Lo ideal sería que no nos echáramos la siesta al terminar nuestra jornada intensiva para aprovechar al máximo las tardes libres y para que luego no nos cueste dormirnos por la noche. Pero, si necesitas una siesta como el comer al volver del trabajo, procura que sea corta, de unos 20 minutos. Así tendrás la sensación de haber desconectado y no habrás perdido buena parte de la tarde.
Uno de los pequeños lujos que nos podemos permitir al tener jornada intensiva es la de comer en casa, siempre que no vivamos muy lejos de nuestro centro de trabajo. El problema, incluso aunque vivamos cerca, es que difícilmente saldremos antes de las 15:00 si tenemos jornada intensiva y eso hace que, contando el tiempo del desplazamiento de vuelta a casa y seguramente el tiempo que dediquemos a hacer la comida, comamos bastante más tarde de lo deseable. Si optamos por llevarnos la comida al trabajo, tendremos más tiempo libre por la tarde para aprovechar la jornada intensiva.
La jornada intensiva no sólo nos permite tener más tiempo para nosotros mismos, sino también para dedicárselo a los demás. Y eso, a su vez, repercute directamente en nuestra felicidad y en nuestro estado de ánimo. Puedes aprovechar la jornada intensiva para hacer planes con los amigos a los que sueles ver poco durante el año por culpa del trabajo.
Si tus vacaciones de verano ya han terminado o, peor aún, no vas a tener vacaciones este año, tener jornada intensiva en el trabajo te permite llevar mucho mejor esas situaciones. Aunque al día siguiente toque madrugar y volver a la rutina del trabajo, puedes aprovechar la jornada intensiva para una mejor conciliación entre vida laboral y familiar hacer planes con tu familia propios de las vacaciones, como ir a la piscina o a la playa si vives en una zona de costa.
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