La relación personal que tienes (o has tenido o tendrás, si actualmente estás en situación de desempleo) con tu jefe y con tus compañeros es un factor fundamental para medir tu nivel de satisfacción en el trabajo. Si, en general, te llevas bien con ellos, todo es más llevadero; en cambio, si no te relacionas en el trabajo o, peor aún, tienes una mala relación con tu jefe y tus compañeros, difícilmente podrás ser feliz en tu puesto de trabajo.
Pero lo más llamativo es que tus relaciones en el trabajo no sólo afectan al presente, sino que también marcan tu futuro profesional. Así lo indican estudios que afirma que los trabajadores que promueven la amistad en una empresa y organizan actividades sociales en el lugar de trabajo tienen un 40% más de posibilidades de ascender en los dos años siguientes. Además, estos trabajadores son hasta un 31% más productivos y eso es algo que las empresas valoran -aunque no siempre- de forma positiva.
Estas estadísticas demuestran las ventajas profesionales de ser una persona sociable y con dotes de organización y liderazgo, un concepto que no es exclusivo de un jefe. Se puede ser jefe y no ser un líder y, a la inversa, se puede ser un líder sin ser jefe. Los empleados que cultivan las amistades en el trabajo suelen transmitir y contagiar su optimismo y crear un buen ambiente de trabajo. Y eso beneficia tanto a los propios trabajadores como a la empresa.
Eso sí, las estadísticas también reflejan algo que percibimos desde hace tiempo en el ámbito laboral: que no siempre consigue un ascenso (y menos en estos tiempos donde cuesta tanto promocionar dentro de una empresa) la persona que más lo merece y/o más aptitudes reúne para el puesto, sino quien es más popular o más se deja ver.
Las relaciones personales en el trabajo también influyen de otra manera en el futuro profesional de los trabajadores. Si además de ser buenos profesionales, tenemos una buena relación con los demás en nuestro trabajo, más posibilidades tendremos de que en un futuro más o menos cercano recurran a nosotros para alguna oportunidad profesional.
Sin darnos cuenta, al tener una buena relación con nuestros jefes y compañeros estamos cuidando nuestra red de contactos para un futuro. Y, aunque ahora creas que no tiene importancia, puede que sí la tenga (y mucho) más adelante.
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