1. Pon en orden todo tu tiempo
Sé inflexible por ejemplo en las horas que duermes porque una de las consecuencias del estrés es que empiezan a aparecer trastornos del sueño y es fundamental descansar bien y a poder ser las ocho horas recomendadas. No solo eso, también las horas de las comidas. No puede ser que un día comas a las cinco de la tarde, otro a las dos, que cenes un día a las doce de la noche y que otro ni cenes. No, hay que poner en orden tus hábitos.
2. Pon en orden tu tiempo… en el trabajo
También es importante que organices lo máximo posible tus tareas en el trabajo a través de una agenda ordenada, determinando un tiempo para cada labor. Con una planificación correcta evitarás que se te eche el tiempo encima y por tanto que aparezcan las prisas, la presión y el estrés. Dentro de esa planificación se incluye también el hecho de no acaparar tareas y apoyarse en los compañeros delegando en ellos.
3. Desconecta con otras actividades
Cuando salgas de trabajar hay que desconectar y dejar de pensar en el trabajo. Para ello, mira a tu alrededor y realiza actividades que te puedan permitir esa desconexión. Si tienes hijos, qué mejor forma de hacerlo que realizar con ellos alguna actividad (ir al parque, jugar con ellos, etc.). Si no los tienes puedes apuntarte a alguna actividad relacionada con alguna afición que tengas o realizar deporte.
4. Pon a raya los hábitos poco saludables
Cuando somos víctimas de un cuadro de estrés laboral es muy fácil caer en malos hábitos como alimentarnos peor o comer mucha comida basura o que no nos conviene. Cuando la ansiedad por comer nos invada, sustituyamos esos alimentos menos saludables por otros como la fruta. Respecto al tabaco, trata de que el estrés no aumente el número de cigarrillos. Tampoco abuses del alcohol, sustitúyelo por otro tipo de bebidas o actividades.
5. Más y mejor comunicación
Tanto en el trabajo como en casa conviene fomentar la comunicación, hablar más y mejor con los que nos rodean, y tratar de transmitir nuestros sentimientos y nuestras emociones. Con ello, lo que vamos a conseguir es sentirnos atendidos e incluso desahogarnos. El caso del entorno laboral es muy importante porque hay que hablar claramente del estrés si se sufre para entre todos ponerle remedio, no solo con los compañeros sino también con tus jefes que a lo mejor no son conscientes de la carga a la que estás sometido.
6. Técnicas de relajación
En la actualidad existen también diferentes técnicas encaminadas a frenar el estrés laboral. Hablamos por ejemplo de relajación y meditación como el mindfulness que ahora se ha puesto tan de moda. Este tipo de técnicas permiten que podamos asumir con naturalidad momentos de mucho estrés sin que eso nos pueda desestabilizar ni superar y también mejoran nuestra relación con la gente que nos rodea.
7. Acude a profesionales
Si el cuadro de estrés que padeces te supera y no sabes ponerle remedio, acude a profesionales que te guíen y te ayuden a ponerle remedio. Hablamos por ejemplo de psicólogos o para casos más graves tu propio médico de Familia que podrá determinar desde un punto de vista más profesional qué tratamientos puedes seguir. Y no hay que avergonzarse por ello ni mucho menos, solo basta con reconocer que sufres estrés y tener la voluntad de hacer algo para evitarlo.
Si estás buscando empleo en el sector de limpieza, esta oportunidad podría interesarte. Se necesitan…
Comienza uno de los meses más importantes para el consumo en España (con permiso de…
En ocasiones (muchas, además), el tipo de trabajo que realizamos es causante directo de nuestros…
¿Conoces todos estos atajos del teclado para ganar tiempo con tu ordenador?
Lidiar con el papeleo y la legislación vigente resulta, en ocasiones, complejo y engorroso. Y…
Prepararse para una oposición puede ser una tarea titánica que, al final, puede no dar…