Cosas que hacen que los buenos empleados se vayan de sus empresas
¿Alguna vez has tenido que irte de tu empresa? Nos referimos a que, aun estando bien considerado y tener cierto éxito, hayas tenido que abandonar el barco por otras cuestiones. Por hartazgo, por ejemplo. Y es triste que buenos trabajadores acaben yéndose.
Se dice además que esos trabajadores no abandonan un trabajo, sino que en realidad lo que abandonan es a sus jefes y responsables. Vamos a ver qué cosas son las que provocan esa marcha.
1. Exceso de trabajo
Que seas un buen trabajador no puede penalizarte. Es decir… como alguien es bueno en lo que hace, se le carga más y más de trabajo. Algo positivo como ser bueno (que tenía que premiarse) finalmente penaliza con más trabajo, y si ese exceso es continuado en el tiempo, el trabajador acabará cansándose y muy probablemente quiera marcharse.
2. Sin reconocimientos
Un trabajador que es bueno en lo suyo necesita tener un premio. No basta con una palmadita en la espalda. Si ese premio no llega, finalmente se sentirá infravalorado y preferirá irse donde sí le valoren. Ese premio no tiene por qué ser necesariamente un aumento de sueldo.
Los jefes han de ver qué hace feliz a su gente, y en ocasiones sí es ese aumento, pero en otras es un reconocimiento público o un ascenso o aumento de responsabilidades.
3. Un jefe no involucrado
No nos referimos a que no se involucre en el trabajo ni en los proyectos, sino en la vida de sus empleados. Es decir, que les apoyen en momentos difíciles, que se alegren de sus éxitos, que sean flexibles con la situación personal y familiar de cada uno… en fin, intentar ser en la medida de lo posible un ‘jefe/amigo’ que ayude en vez de poner trabas. Si eso no ocurre, posiblemente sea una razón para abandonar la empresa.
4. No cumplir las promesas
Es frecuente encontrarse con jefes que te hacen promesas: de aumento de sueldo, de reconocimientos, de cambios de horario, etc. Algunas no se cumplen, y el trabajador eso lo tendrá en cuenta. Hacer brindis al sol menoscaba la credibilidad de un jefe y lo aleja de sus empleados, que lo tendrán en cuenta a la hora de decidir si quedarse o marcharse.
5. Contrataciones y ascensos erróneos
Cuando uno es bueno en su trabajo, quiere rodearse de gente buena, y el encargado de hacer las contrataciones y de elegir las gente que te rodea es tu jefe. En ocasiones, esa elección es errónea y tú comienzas a trabajar a disgusto por ello, por la compañía. Un elemento más para decidir irte.
6. Jefes que cierran puertas a tu futuro
Todos queremos progresar laboralmente. Cuando hacemos bien nuestro trabajo y somos recompensados por ello está muy bien, pero tal vez nuestro sueño sea llegar más lejos en la empresa.
Hay jefes que, como lo haces muy bien en tu puesto y están a gusto contigo (y les sacas las castañas del fuego), pues te dejan ahí eternamente impidiéndote progresar. Una vez más, trabajar bien te penaliza en vez de premiarte.
7. Jefes que no son capaces de desarrollar las habilidades de sus empleados
Cuando eres bueno y te sientes desaprovechado, mal asunto. Muchas veces, la mayoría, esa circunstancia está provocada por un jefe que no es capaz de ‘explotar’ todo tu potencial y tu talento.
8. Metas demasiado fáciles
Cuando los objetivos que has de cumplir son demasiado fáciles o aburridos, entras en una zona de confort que no es para nada buena. Así, los buenos jefes proponen a sus buenos empleados metas más exigentes pero además les ayudan a alcanzarlas, en un trabajo de equipo. Si eso no ocurre, el aburrimiento y la rutina pueden hacer que se pierda un buen empleado para la empresa.
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