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Diferencias entre el contrato de formación y el de prácticas

¿Cuáles son las diferencias entre el contrato de formación y el de prácticas? En la actualidad, son muchas las empresas que reclaman experiencia laboral a la hora de contratar a nuevo personal: un requisito que no siempre es fácil de cumplir y que complica la entrada en el mercado laboral y la búsqueda de empleo.

Para solucionar este problema, existen dos tipos: el contrato de formación y el de prácticas, que ayudan a adquirir la experiencia laboral que en muchas ocasiones es necesaria para acceder a un puesto de trabajo. En Oficina Empleo queremos explicarte en qué consisten y las diferencias entre el contrato en prácticas y el contrato para la formación.

Cuáles son las diferencias entre ambos contratos (iStock)

1. Contrato en prácticas

Este tipo de contrato va dirigido a titulados universitarios, de formación profesional o títulos oficiales equivalentes. Es un contrato muy útil que permite que el recién titulado se forme y se capacite en el ejercicio profesional.

La duración de estos contratos no puede ser menor de tres meses, y puede durar hasta los dos años, pero no en la misma empresa. Ningún trabajador puede estar contratado en prácticas en la misma o distinta empresa por tiempo superior a dos años en virtud de la misma titulación.

En cuanto al salario, durante el primer año debe ser el 60% del fijado para un trabajador que ejerza el mismo puesto de trabajo. En el segundo año, el salario deberá ser el 75%. Este tipo de contrato se da mucho a la hora de empezar a trabajar en telecomunicaciones o compras, entre otros sectores.

En el caso de que el trabajador continúe en la empresa una vez acabe su periodo de prácticas, el tiempo que haya estado trabajando contará como tiempo de antigüedad en la empresa, y no se podrá establecer un nuevo periodo de pruebas.

2. Contrato formativo

El objetivo primordial de este contrato es ofrecer formación teórica y práctica para desempeñar un puesto de trabajo en el futuro. Está pensado para trabajadores mayores de 16 años y menores de 21 que no tengan acabada la titulación requerida para realizar un contrato de prácticas.

En el caso de los desempleados, el límite de edad para suscribir un contrato de formación será de 24 años cuando se incorporen como alumnos- trabajadores a los programas de escuela taller. Por otro lado el límite máximo de edad de 21 años tampoco será aplicable cuando el contrato se establece con desempleados que se integran como alumnos-trabajadores a programas de empleo o personas discapacitadas.

A los trabajadores extranjeros (durante sus dos primeros años de permiso de trabajo y siempre que acrediten la formación exigida) y a todas aquellas personas que estén bajo riesgo de exclusión social y se incorporen a escuelas taller tampoco les será aplicado el límite de 21 años de para formalizar un contrato de formación.

En este tipo de contratos, se deberá dedicar un mínimo del 15% a la formación teórica aunque dependerá de las características del puesto de trabajo que ésta dure más o menos, así como del tipo de convenio que se establezca.

Al igual que ocurre en los contratos en prácticas, los formativos tienen una duración mínima de seis meses y una máxima de dos años. Una vez finalizado este tiempo, el trabajador no puede ser contratado en la misma modalidad por una empresa u otra distinta bajo una misma titulación. En este caso, la retribución no podrá ser inferior al salario mínimo interprofesional en proporción a las horas trabajadas. En cuanto a la retribución, en los contratos de formación será fijada en convenio colectivo, sin que, en su defecto, pueda ser inferior al salario mínimo interprofesional en proporción al tiempo de trabajo.

La cultura de la contratación en prácticas y el contrato formativo está muy extendida en la actualidad y es necesario que conozcas las características básicas que definen a cada tipo de contratación. Recuerda que el contrato en prácticas pretende servir de ayuda y orientación a los jóvenes que se encuentran en la transición del mundo académico al laboral. El contrato formativo, además de incluir una parte práctica incluye una formación teórica.

Recuerda que si eres becario o tienes pensado empezar prácticas profesionales antes de comenzar a buscar empleo, es necesario que conozcas tanto tus obligaciones y derechos, así como las que tiene la empresa contigo.

 

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