¿Cómo evitar tus tics nerviosos en una entrevista de trabajo?
Un candidato, ante una entrevista de trabajo. Kieferpix (iStock)
1. Tocarse el pelo
No pretendemos ser machistas con esto que vamos a decir, no nos malinterpretéis. Aunque tanto hombres como mujeres pueden tener este tic, por darse en la mayoría de las ocasiones en personas de pelo largo, es obvio que estadísticamente hay más mujeres que hombres con pelo largo. Seguramente conocerás a muchas personas que se tocan el pelo de manera compulsiva. Dicen los expertos que los entrevistadores no tendrán en cuenta que te toques el pelo siempre y cuando no lo hagas de manera repetida y exagerada. Así que este tic debe ser de los más fáciles de controlar.
2. Las manos
Otro de los gestos que se hace necesario evitar y que denotan nerviosismo son algunos que podemos hacer con las manos, como frotárnoslas o comernos las uñas. Una de las soluciones que se suelen dar para no hacerlo es tener algo en las manos, como un boli, aunque ahora el riesgo está en jugar con él de manera compulsiva.
3. Las piernas, quietas, por favor
Otro de los tics nerviosos que menos pasan desapercibidos es el movimiento continuo de piernas, un tic muy típico en mucha gente cuando se pone nerviosa y que, como decimos, será difícil que pase desapercibida por parte de nuestro entrevistador. Si tienes que mover algo, que sean los pies, que se ven menos.
4. Las ‘coletillas’
“Me considero una persona proactiva, ¿sabes?”. Sí, ese ‘sabes’ del final es a lo que nos referimos, a las coletillas. Podemos decir que ese tipo de expresiones son también otro tipo de tic nervioso. Y seguro que conoces a mucha gente que tiene su propia coletilla. Es difícil evitarlos, sobre todo en una situación de tensión como la de una entrevista, pero para intentarlo al menos puede servirte de ayuda hablar despacio, pensando muy bien lo que vas a decir.
5. Mirar hacia otro lado
Cuando hablamos con alguien, solemos mirarle a los ojos o, como mínimo, a la cara. Aunque el contexto sea de una mayor tensión (una entrevista de trabajo en este caso) no debemos perder este hábito que es más de respeto que de estrategia. Por eso debemos evitar mirar para otro lado cuando estamos hablando con nuestro entrevistador porque si lo hacemos estaremos creando un clima de desconfianza que no nos conviene, como de querer ocultar algo.
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