Tanto si estás trabajando en la actualidad como si ahora mismo te encuentras en situación de desempleo, es importante que conozcas las distintas modalidades de contrato que existen. Los tipos de contrato que debes conocer son, básicamente, cuatro: contrato indefinido, contrato temporal, contrato en prácticas y contrato de formación.
El contrato indefinido es aquel que no tiene una fecha concreta de finalización. La relación contractual entre empleador y empleado dura por contrato hasta que se produzca un despido -procedente o improcedente-, el empleado decida dejar voluntariamente el trabajo u otros supuestos, como la jubilación del empleado o el cierre de la empresa. En caso de que el contrato indefinido sea nuevo, la empresa puede recibir una bonificación.
El contrato temporal, a diferencia del contrato indefinido, tiene una fecha de finalización. Llegado ese momento, la empresa puede renovar ese contrato temporal, convertirlo en indefinido… o prescindir de los servicios del empleado. Dentro de los contratos temporales se incluyen los contratos por obra o servicio, los contratos temporales por circunstancias del mercado, los contratos de primer empleo y los contratos de interinidad.
El contrato en prácticas suele confundirse a menudo con el contrato de formación. El contrato en prácticas está dirigido a jóvenes recién titulados (ya sea después de completar los estudios de la universidad, la Formación Profesional o un título oficial equivalente) y no puede tener una duración inferior a seis meses ni superior a dos años.
El contrato de formación, en cambio, está pensado para que los jóvenes entre 16 y 21 años -o hasta los 24 si se trata de jóvenes desempleados que se incorporan como alumnos-trabajadores a los programas de escuela-taller- que aún no han completado sus estudios reciban una formación teórica y práctica que les sirva para el desempeño de su profesión en un futuro. Los contratos formativos también deben tener una duración mínima de seis meses y una duración máxima de dos años.
A estos cuatro tipos de contrato básicos, entre los tipos de contrato que debes conocer también se encuentran otras modalidades en función de la duración del contrato, la forma de organización del trabajo y el lugar donde se desarrolla el trabajo. De ahí que también existan, por ejemplo, los contratos a tiempo parcial, los contratos de relevo -para los casos en los que haya que cubrir las horas que no trabaje quien se haya jubilado de forma parcial-, los contratos de grupo y los contratos de trabajo a distancia.
De estos otros tipos de contrato que debes conocer, el más común es el contrato a tiempo parcial, que establece una jornada laboral con menos horas de la jornada a tiempo completo. Eso sí, aunque se trate de la modalidad más común dentro de este tipo de contrato, el contrato a tiempo parcial no tiene por qué ser necesariamente de media jornada.
En cualquier caso, con independencia del tipo de contrato que vayas a firmar, es importante que tengas cuenta lo que debes leer antes de firmar un contrato, como te contamos en otro artículo reciente del blog de OficinaEmpleo.
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me gustaria trabajar en al campo